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oct
Inflación.
El IPC de USA de septiembre volvió a superar las expectativas al resultar en 0,4% m/m -vs. 0,2% m/m- y 0,1% m/m en agosto-. Con este resultado, en los últimos doce meses el IPC acumuló un alza de 8.2%. Peor resultó el IPC Core, que igualó al dato de agosto en 0,6% m/m y superó así al pronóstico de 0,5% m/m. De esta manera, el índice acumula en el último año un alza de 6,6% i.a., el mayor registro desde el año 1982.
Los servicios fueron los principales impulsores del índice general al avanzar un 0,7% m/m, acelerando así respecto a los dos meses previos, y marcando un 7,4% i.a., el mayor valor de los últimos 40 años
La presión de precios también se reflejó en la inflación mayorista: el índice de precios al productor (IPP) superó las estimaciones al resultar en un 0,4% m/m -vs. expectativas de 0,2%m/m- y una contracción de 0,2% m/m en agosto-, acumulando en el último año un alza de 8,5% i.a. Este contexto presiona aún más a la FED, que a pesar de haber realizado cinco alzas de tasas en lo que va del año no logra que los precios muestran señales de desaceleración.
FED.
Miembros confirmaron que las tasas se mantendrán altas hasta no ver una caída sostenida de la inflación. Esto desestima la posibilidad de que la Reserva Federal haga retroceder las tasas en el corto plazo ya que serán necesarios varios datos consecutivos de inflación a la baja para establecer un cambio de rumbo en su política monetaria.
Ventas estancadas.
Las ventas minoristas se mantuvieron sin variaciones respecto al mes previo, ubicándose así por debajo de las estimaciones de 0,2% m/m y del 0,4% m/m publicado en agosto. demuestra que la inflación está impactando en la demanda de los consumidores, lo que deriva a un mayor consumo de servicios y golpea negativamente en los bienes.
Mejora la confianza, pero suben las expectativas de inflación. El índice preliminar de octubre de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan marcó una mejora de 59,8 puntos vs. 59 esperados -y 58,6 el mes previo- gracias al repunte en las condiciones presentes que compensan el deterioro en las expectativas futuras. Sin embargo, la mala noticia la aportó el alza de las expectativas de inflación, que quebró la tendencia a la baja que venía marcando: la de 12 meses subió de 4,7% a 5,1% mientras que la de 5 años pasó de 2,7% a 2,9%, registrando así los mayores valores de los últimos cuatro meses.
La inflación en housing (alquileres)
una media suavizada que pondera 40% del CPI. Ya está viendo una caída de rent prices pero hay un lag con la suba de tasas y sus efectos.
Mercado de bonos en rojo.
El resultado del IPC por encima de lo esperado llevó a aumentar las expectativas de suba de tasas, lo que terminó impactando negativamente en los bonos del Tesoro. De esta manera, toda la curva de rendimientos cerró al alza con el tramo corto marcando la principal suba. Concretamente, la USD2YR avanzó 19 pb hasta 4,5% mientras que la USD10YR lo hizo en 11pb hasta 3,02%, ampliando así la reversión de la curva.
Brasil sigue presentando deflación.
Presentó un nuevo IPC mensual negativo (-0,3%) en un mercado marcado por la volatilidad por las elecciones presidenciales, donde Lula sigue superando a Bolsonaro en las encuestas por 10 puntos.
Malas perspectivas para 2023.
Las estimaciones del FMI mantuvieron las proyecciones de crecimiento global para el 2022 en 3,2% mientras que recortaron el crecimiento en 0,2% para el 2023 hasta 2,7%. La persistente inflación, mayores precios de la energía, suba de tasas de interés y el riesgo geopolítico serán los factores de riesgo más importantes para la economía que viene. La mayor corrección en las estimaciones la tuvieron las economías desarrolladas, para las cuales se espera una expansión del PBI de 2,4% i.a. para 2022 y de 1,1% para 2023. –vs 2,5% y 1,4% respectivamente que se estimaba en julio pasado-. La inflación continuará siendo una de las mayores preocupaciones a nivel global: tras el 9,1% que marcaría la inflación global este año, en 2023 bajaría a 5,1% i.a., pero se mantendrá aún muy por encima a los niveles previos a la pandemia
Earnings.
La clave radicará en la forma en que las compañías proyectarán su crecimiento futuro.
Los mayores costos laborales y el endurecimiento de la moneda norteamericana golpearon los márgenes de ganancia de la mayor parte de las empresas para el 3Q22, dado que ambos factores perjudican a las firmas que se encuentran expuestas a mercados internacionales –más del 40% de las que componen al S&P reciben ingresos a nivel global–. Cabe destacar que el índice DXY (que compara al dólar vs. la canasta de monedas de los países más desarrollados) avanza un 18,1% en lo que va del año. Ante este contexto, al finalizar el 2Q22, 65 de las 500 firmas presentaron recortes en ganancias por acción esperadas para el tercer trimestre.
Nuevamente se espera que el sector energético sea el principal motor de la tasa de ganancias del S&P 500 en el trimestre al marcar un alza de 118% i.a. Si bien, dada la caída del 25% en el precio del petróleo, las empresas del sector marcan una notable moderación en el ritmo de crecimiento respecto a los dos trimestres previos –en los que subieron al 280% i.a.–, los buenos resultados alcanzados el año pasado y este les permiten seguir siendo atractivas pese a la moderación natural que vayan presentando sus ganancias.
El índice S&P 500 marca una tasa esperada de P/E futura de 15,8% por debajo de su promedio de 17,1% de los últimos 10 años. Esto lo vuelve más atractivo para ingresar a sectores que han quedado rezagados como el tecnológico, que retrocede un 33% en lo que va del 2022. En ese contexto, es importante sobreponderar firmas que presenten altos ratios de rendimiento sobre equity, al mismo tiempo que no registren un sobreendeudamiento