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09

nov

Nacional

Devaluación progresiva

El dólar oficial subió 6,5% mensual en octubre incrementándose desde 6,2% en septiembre. El crawling peg se acelera desde noviembre de 2021 y, con este nuevo avance, alcanzó su mayor velocidad mensual desde agosto de 2019

El crawling peg en máximos de la Administración de Alberto Fernández:

El dólar oficial subió 6,5% mensual en octubre incrementándose desde 6,2% en septiembre. El crawling peg se acelera desde noviembre de 2021 y, con este nuevo avance, alcanzó su mayor velocidad mensual desde agosto de 2019, tomando la variación promedio mensual, el tipo de cambio oficial alcanzo el 6,24% en octubre, siendo un ritmo equivalente a una TNA de 76% o una TEA de 108,9%. Esta medida también marcó su mayor ritmo mensual desde agosto 2019 cuando el dólar oficial se disparó más de un 34% luego de que Macri perdiera las PASO.

Futuros ROFEX: a pesar de que el crawling peg continuó acelerándose, las tasas implícitas en los futuros de ROFEX cedieron sensiblemente en toda la curva, con excepción de los contratos que vencen a partir de junio 2023, que son los de menor volumen operado, reflejando menores expectativas devaluatorias. Las tasas implícitas vienen cediendo desde el fin del dólar soja tanto en el tramo corto como en el medio, que no está intervenido por el Central.

El Banco Central volvió a intervenir la curva de deuda en pesos: Durante octubre para sostener los rendimientos de los títulos soberanos. El regreso de la volatilidad en el mercado local se dio tras dos meses de calma (agosto y septiembre), en los cuales el BCRA disminuyo las fuertes intervenciones realizadas en junio y julio. Luego de que septiembre generó el rollover de deuda ARS más elevado de toda la administración actual, octubre mostró una dinámica totalmente distinta. El rollover cayó a 111%, en un contexto de una curva ARS más estresada y que requirió de intervenciones del BCRA para poder sostener los precios.

Motivo de las intervenciones: la débil performance del tesoro en las licitaciones de octubre revivió los temores acerca de la posibilidad de seguir renovando vencimientos de acá a fin de mandato y solventar las necesidades de financiamiento. Estas operaciones generan expansión de base monetaria y por ende emisión de dinero por parte de la autoridad monetaria.

Riesgos: los costos en términos de inflación y presión cambiaria que puede sufrir la economía si el estrés sobre la deuda en pesos se agrava son muy altos. Estirar duration significa asumir el riesgo de que los títulos puedan ser eventualmente reperfilados en una nueva gestión política. Que el banco central salga a emitir cada vez que los bonos sufren correcciones afecta directamente a la demanda de dinero y aumenta las probabilidades que la inflación acelere. En ese contexto, el mercado percibe un posible estrés financiero, reflejado en las altas TIR de los bonos con vencimiento en 2024.

Inflación: el “dólar soja” implicó una expansión superior al 20% de la base monetaria, llevando al BCRA a subir tasas nuevamente y durante octubre se sumó el factor de intervención en la curva de deuda en pesos para sostener los precios. Además, el permiso a importadores a pagar con dólares propios bienes, puede trasladarse a precios y los ajustes salariales más altos por la alta inflación son factores que ponen un probable piso del 6% a la inflación.

Reservas: Un deterioro en las reservas netas implicaría mayores expectativas de devaluación y una mayor brecha cambiaria a la vez que las presiones sobre la curva ARS llevarían a mayores intervenciones del BCRA, expandiendo los agregados monetarios.

Ante este contexto, preferimos tener exposición a deuda indexada a CER, de la parte más corta de las curvas de LECER como BONCER para evitar riesgos de estrés financiero en las mismas. Además, seguimos manteniendo la recomendación del sintético ABRIL23.

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